Assassin’s Creed Valhalla
- Plataforma: PlayStation 5
- Desarrollador: Ubisoft Montreal
- Género: Aventura - Rol de acción
- Lanzamiento: 10 de noviembre de 2020
Argumento
En Assassin’s Creed Valhalla nos ponemos en la piel de Eivor Varinsdóttir, una guerrera vikinga marcada desde niña por la tragedia. Tras crecer entre clanes y sangre, lidera a su pueblo en la dura decisión de abandonar Noruega y buscar un nuevo futuro en las tierras de Inglaterra durante el siglo IX.
Junto a su hermano adoptivo Sigurd, Eivor establecerá un asentamiento en un mundo hostil, donde será necesario forjar alianzas con reyes sajones, luchar contra rivales nórdicos y demostrar la fuerza del clan en saqueos y batallas épicas.
Pero más allá de la conquista, Eivor se verá arrastrada a un conflicto secreto que atraviesa las edades: la lucha entre la Hermandad de los Ocultos (los futuros Asesinos) y la Orden de los Antiguos (antecesores de los Templarios). Este enfrentamiento pondrá a prueba no solo su lealtad hacia los suyos, sino también su propia identidad y destino.
A lo largo de la historia, Eivor experimentará visiones y vínculos con los dioses nórdicos, en especial con Odín, lo que la llevará a cuestionar el límite entre lo humano y lo divino, y a enfrentarse a un destino profetizado que se relaciona con el Ragnarök.
Analisis
Ubisoft volvió a apostar por la fórmula iniciada en Origins y expandida en Odyssey, pero esta vez llevándonos al frío y brutal mundo de los vikingos. La pregunta es: ¿logra Valhalla mantener la frescura o se siente como un capítulo más en una serie que ya empieza a repetirse?
La mayor fortaleza de Valhalla es, sin duda, su narrativa. Encarnamos a Eivor (en su versión femenina, la canónica para la saga), una guerrera vikinga que abandona Noruega junto a su clan para asentarse en Inglaterra. La trama principal consigue transmitir la crudeza de la vida nórdica, sus tradiciones y la lucha constante por territorio, todo envuelto en ese misticismo propio del lore de Assassin’s Creed: los dioses, los mitos y, por supuesto, el trasfondo oculto de la Primera Civilización. Si disfrutas de esta parte casi esotérica de la saga, Valhalla tiene momentos muy potentes que saben mantener viva la chispa.
Aquí llega el primer problema. Quien haya jugado Origins y Odyssey encontrará un sistema de combate y progresión prácticamente calcado. Sí, funciona, sí, sigue siendo divertido, pero no ofrece novedades de peso. El parkour, los saqueos y las habilidades siguen la misma línea, y en ocasiones el juego transmite la sensación de ser más una expansión que una verdadera evolución de la fórmula. El lanzamiento casi anual entre títulos acaba pasándole factura, restando frescura y factor sorpresa.
Gráficamente, Valhalla luce espectacular. Los paisajes nevados de Noruega, los verdes campos ingleses y las construcciones medievales están recreados con un nivel de detalle que saca pecho en la generación en la que debutó. No es un salto respecto a Odyssey, pero sí un trabajo sólido y convincente, con una dirección artística que logra sumergirte en la ambientación vikinga.
El audio es otro de los grandes aciertos. La banda sonora mezcla melodías épicas con tintes nórdicos, logrando que tanto la exploración tranquila como las batallas se sientan intensas. Los efectos de sonido, los cánticos en los drakkar y las voces de los personajes están muy bien trabajados, reforzando la inmersión en este mundo brutal y espiritual a partes iguales.
El gran dilema de Assassin’s Creed Valhalla es su conservadurismo. Tiene una historia interesante, un envoltorio técnico de calidad y un lore que sigue ampliando la mitología de la saga… pero carece de esa innovación que empuje a la franquicia hacia adelante. Es un título disfrutable, especialmente para los fans acérrimos, pero difícilmente convencerá a quienes esperan un salto evolutivo en la jugabilidad.
Lo mejor
La historia vikinga, bien hilada y épica
El viaje de Eivor funciona como un relato de conquista, pero también como una historia de comunidad y raíces. No solo luchas y saqueas, sino que también construyes un asentamiento, gestionas alianzas y tomas decisiones que afectan al destino de tu clan. Aunque pueda perder impacto histórico en comparación con otras entregas, la narrativa consigue transmitir el espíritu vikingo de forma auténtica y épica, con un buen equilibrio entre la crudeza de su época y la dimensión personal de la protagonista.
El misticismo y la continuidad del lore Assassin’s Creed
El universo de Assassin’s Creed siempre ha tenido un pie en la historia y otro en lo esotérico. En Valhalla este equilibrio sigue muy vivo, con referencias a la Primera Civilización, visiones de dioses nórdicos y conexiones con el legado Assassin. Si eres de los que disfruta del trasfondo misterioso de la saga, aquí encontrarás revelaciones y giros que mantienen el interés y que, además, conectan con títulos anteriores, reforzando la sensación de formar parte de una narrativa mucho mayor.
Gráficos detallados y escenarios espectaculares
La recreación de Noruega y la Inglaterra medieval es uno de los puntos más impresionantes. Desde las montañas nevadas hasta los bosques brumosos, pasando por aldeas y monasterios, cada escenario respira vida. El juego invita a perderse en su mundo, explorando cada rincón y disfrutando de vistas espectaculares. Aunque no sea un salto respecto a Odyssey, el acabado técnico es sólido y convincente, destacando especialmente en iluminación y paisajes.
Banda sonora y ambientación sonora de gran nivel
El apartado sonoro eleva la experiencia. Las melodías con tintes nórdicos aportan épica y emoción, mientras que los cánticos de los guerreros en los drakkar o los instrumentos tradicionales en momentos clave logran una inmersión total. Además, el doblaje y los efectos de sonido refuerzan la credibilidad del mundo vikingo. Cada combate suena brutal, cada conversación transmite cercanía y cada paisaje tiene su propio ambiente sonoro.
Lo peor
Falta de innovación respecto a Origins y Odyssey
Aquí está la gran crítica: Valhalla no da un paso adelante en jugabilidad. Su sistema de combate, exploración y progresión de personaje es prácticamente el mismo de las entregas anteriores. Funciona, sí, pero no sorprende. Esa sensación de “ya lo jugué antes” se hace muy presente, especialmente para quienes vienen de completar los dos títulos anteriores.
Sensación de ser una expansión más que un título nuevo
Relacionado con lo anterior, Valhalla transmite en ocasiones que podría haber sido un gran DLC en lugar de un título independiente. No hay giros jugables que refresquen la fórmula, y eso termina lastrando su capacidad de impactar. El juego es enorme, sí, pero no consigue librarse de esa sensación de “más de lo mismo”…
Menor impacto histórico
La ambientación vikinga está muy bien lograda, pero pierde parte del encanto histórico que sí tenían otras entregas. Aquí no hay un “efecto wow” al cruzarte con personajes universales como Sócrates, Cleopatra o Julio César. Si no estás familiarizado con la Inglaterra de esa época, muchos secundarios pasan desapercibidos y pierden relevancia.
Pérdida de rumbo en la historia global de Assassin’s Creed
Desde la muerte de Desmond Miles la narrativa contemporánea se siente sin dirección clara. Valhalla intenta aportar piezas al rompecabezas del lore general, pero sigue esa línea difusa que arrastra la saga desde hace años. Lo que antes era un arco cohesionado y misterioso, ahora parece un añadido forzado, sin el mismo peso ni impacto. Para los fans que siguen la trama global desde el inicio, esta falta de rumbo es quizá la mayor decepción.
Valoración: 

Bien