Quería vomitar mi reflexión respecto al coleccionismo de videojuegos retro. Y ya advierto que se trata tan solo de mi opinión y que va a ser un tocho.
Soy coleccionista, con todos los vicios que ello conlleva. Colecciono de todo, no solo videojuegos.
Todo coleccionista (y ya no hablo solo de videojuegos) sabe que el valor de un producto se establece en base a 3 variables básicas:
- Valor intrínseco.
- Rareza.
- Estado de conservación.
En el caso de los videojuegos, el valor intrínseco a veces es difícil de establecer. Como norma general, suele ser la calidad del juego en sí, pero muchas veces el valor intrínseco puede establecerse de acuerdo a otros criterios, tampoco quiero alargarme mucho en esto. Podríamos decir (de manera ambigua) que son las cualidades del juego que lo hacen atractivo.
Si alguno lo está pensando, la oferta/demanda se deriva de esas tres cualidades básicas y de otros factores que no necesariamente tienen que ver con las propiedades del producto.
Bueno, que divago. Mi percepción personal es que el precio de los videojuegos esta disparándose muy por encima de su valor intrínseco (opinión subjetiva que razonaré después), siguiendo una espiral especulativa que esta degradando el mercado.
Y ya se lo que estaréis pensando: “otro que viene a llorar porque los precios han subido mucho”.
No exactamente por eso.
El mercado esta sucio. Lo habéis visto mil veces en los directos de VirtuaNestor o lo habréis vivido vosotros mismos. El mercado esta inundado de unidades en lamentable estado de conservación. Con truquitos, con cariocas, con arreglitos, con vicios. Las repros abundan. Las repros mezcladas con original y los originales mezclados con repro. Los vendedores serios escasean y todo el mundo hace cochinaditas y guarradas de todo tipo.
Se ha abierto la veda para ganar dinero con estas cosas y es algo que se percibe en el ambiente. Hay mucha competitividad entre compradores, los anuncios que merecen la pena duran minutos porque los compradores voraces están al quite con las búsquedas.
Y lo peor: no solo ocurre con juegos clásicos, sino con modernos también. Títulos de ps4 que no tendrían porqué estar descatalogados resultan muy difíciles y caros de comprar. Todo el mundo esta comprando, todo el mundo esta buscando, todo el mundo quiere ese juego raro que no para de subir de precio antes de que suba aún más.
Y aquí viene mi reflexión… ¿Merece la pena?
Para mí, no. Ya no disfruto coleccionando videojuegos. El ambiente está viciado.
Durante años he hecho mía la recomendación de uno de mis youtubers favoritos: MetalJesusRocks, que recomienda no entrar en sistemas que están ya caros. Pero ya ni eso. Hay trenes que pasan.
Ahora colecciono otras cosas, como por ejemplo música o libros. Nadie quiere los cds. Pero a mí me encanta la música. Son baratos de conseguir, por toneladas. Sacio mi ansia y mi TOC de coleccionista porque coleccionar nunca fue para mi una INVERSIÓN. Satisfactorio y barato, esa es la clave.
Cuando coleccionas cosas que valen poco dinero y que poca gente quiere, de repente el mercado es amable. De repente no es necesario comprar por impulso, porque el anuncio dura abierto mucho tiempo. De repente ningún vendedor te hace cochinaditas, ni vives las inmundicias que estamos viviendo en wallapop.
Cuando compras algo que vale 4€ estas cosas no se ven. Y si alguna vez te ocurre algo, te da igual.
Si alguien quiere adquirir una edición en papel de “El Silmarillion” tendrá mucho donde elegir y muy barato. Artículos maravillosos por muy poco dinero.
Los videojuegos en cambio, no se reeditan. No se va a reeditar el “Majora’s Mask” para N64, por ejemplo.
Lo del valor intrínseco, mi opinión: Los videojuegos retro son juguetes. Si si, juguetes.
Son objetos de cartón impreso y plástico ABS hechos en serie, con un coste de fabricación relativamente bajo y pensados para entretener a niños en los 90.
No están diseñados para valer 3000€. No tienen una calidad de materiales ni de manufactura que lo justifique.
Un Zelda de NES precintado seguramente sea precioso, pero no esta diseñado para usarse así. Contiene elementos que se degradan, como por ejemplo la pila interna. Los platicos y el cartón amarillean al sol. Los circuitos reaccionan a la humedad y los condensadores se degradan con el tiempo. Necesita mantenimiento y además los cartones se comprimen bajo el precinto si lo tiene. No esta diseñado para usarse así y no está diseñado para valer 1000€ o lo que sea que valga ahora. Todo esto es artificial.
Bueno pues hasta aquí mi reflexión. Espero que os haya resultado entretenido leerme aunque no estéis de acuerdo conmigo. Un saludo en especial a VirtuaNestor, que me encantan sus videos.