A mi me pasa una cosa y es que con la mayoría de juegos actuales, una vez los empiezo tengo la sensación de que todo lo que estoy viendo o jugando, ya lo he visto o jugado. Les veo las costuras y las limitaciones por todos sitios. Hay contadas excepciones en las que disfruto como cuando era un niño, y es normal supongo. Los disfruto de otra manera.
Pero entonces empiezo algún juego de PS2 que no había probado nunca y me encuentro con títulos completamente únicos donde veo cosas que no había visto antes y los puedo jugar con esa chispa de cuando jugaba algo por primera vez de niño.
Le he dado muchas vueltas, creo que son varios factores. La principal y más importante imagino que es la libertad creativa sin el peso del dinero en la nuca a la hora de tomar decisiones respecto apartado visual, mecánicas, argumento, dificultad y un largo etcétera. La segunda diría que puede ser la falta de referencias, el camino se estaba construyendo y las ventas y objetivos no eran los que son ahora. También debe influir que antes de que salga un juego actual ya hemos visto durante dos (o más) años trailers de absolutamente todos los apartados arruinando el descubrirlos al empezar a jugar. Y te puedes plantear no verlo, pero como no te vayas a vivir a una cueva está complicado con según qué release.
No sé, a veces me cuestiono si realmente es un tema de nostalgia o que objetivamente los juegos clásicos tienen un alma difícil de reproducir con la industria que nos ha quedado y por ello lo más similar a esa sensación la encontramos en juegos indie.