Jim Henson y por qué los niños no son estúpidos

Publicado por Carlos Ruiz Santiago junio 6, 2022

¿Alguna vez habéis trabajado con niños? Yo sí, y os puedo decir que es toda una experiencia. Una vez, en unas jornadas roleras, dirigí una partida de esa maravillosa nacarada de fantasía que es Aventuras en la Marca del Este orientada a niños. Siempre me flipó la maldad tan propia y a la vez tan inocente que tenían. Los niños son un público raro, que se conforma con poco y, a la vez, es lo más duro y exigente cuando se lo propone.

Por eso, yo creo que todo buen narrador debe de saber narrar para niños. Y ahí, nadie le hacía sombra a Henson.

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JIM HENSON Y POR QUÉ LOS NIÑOS NO SON ESTÚPIDOS

publicado por Carlos Ruiz Santiago junio 6, 2022

¿Alguna vez habéis trabajado con niños? Yo sí, y os puedo decir que es toda una experiencia. Una vez, en unas jornadas roleras, dirigí una partida de esa maravillosa nacarada de fantasía que es Aventuras en la Marca del Este orientada a niños. Siempre me flipó la maldad tan propia y a la vez tan inocente que tenían. Los niños son un público raro, que se conforma con poco y, a la vez, es lo más duro y exigente cuando se lo propone.

Por eso, yo creo que todo buen narrador debe de saber narrar para niños. Y ahí, nadie le hacía sombra a Henson.

Antes de hablar de Henson y de lo que lo hacía tan maravilloso, igual conviene más que ahondemos un poco en este rollo del cuentacuentos. Porque un cuentacuentos es mucho más que un simple megáfono, o por lo menos en el contexto en el que me refiero. La habilidad de crear historias (en el medio que sea) que los niños puedan, no solo disfrutar, sino aprender, esa es la maravilla. Es tremendamente difícil hablar a los niños en un idioma que entiendan sin pecar de condescendientes ni de simplistas. Y aquí hay que entender algo: los niños son eso, niños, pero no imbéciles. No hay nada que me dé más coraje que la gente que se dedica a hablarle a sus hijos como si tuvieran un retraso madurativo. Los niños son esponjas que adoran que los motiven y los reten. Si tratas a tu crío como un gilipollas, siento decirte que estás criando un gilipollas.

Los niños, como cualquier persona con el don de la curiosidad y las ganas de llevar la contraria, adoran todo lo que los adultos, en su infinita soplapollez, les quitan. Hablo de contarles historias sobre personajes que quizás no sean tan blancos o negros, alejarnos de la pantomima lobotomizante de Disney y hablarles de monstruos, darles un poco de miedo de vez en cuando, y ser un poco canallas y macarras. Como si fueren seres de carne y hueso y no estuviesen a punto de romperse todo el rato, vamos. Porque no solo es algo que los niños disfrutan inmensamente, sino que además es algo que los instruye. Muchas veces se quiere proteger a los niños de la realidad misma. Un ejemplo lo explica muy bien: ¿habéis leído Coraline? Es una novelilla ligera de una calidad inmensa, con un lenguaje simple para que un crío lo entienda, pero bonito y bien tratado. Bueno, pues el mensaje de Coraline es uno que ningún papanatas de hegemónica estupidez de Disney se atrevería a dar: no todo el que es bueno contigo quiere algo bueno para ti. Y es un mensaje crucial, más para un niño, y la única manera de expresar eso es con miedo. Miedo de verdad. Y la novela lo da, y sus ilustraciones más. Y eso está bien, joder. Además, está el hecho de que narrar a través de cuentos (que por cierto, los clásicos son tenebrosos con ganas por una razón) permite una manera de contar las historias completamente única, permite desatar una fascinación y una imaginación sin precedentes que es absolutamente maravillosa.

Y aquí es donde Jim Henson encaja.
Henson ha sido, probablemente, uno de los tipos más dedicados a crear contenido para niños de la historia. Contenido no en masa o con intención de sacarle pasta a los padres del crío con la siguiente producción clónica o el siguiente juguete pasado de moda a los tres días de salir, Henson adoraba a los niños y creía que merecían un contenido de calidad. Su musa eran las marionetas. Henson desarrolló todo un método propio a la hora de usarlas, pues se dio cuenta de que, si contabas las cosas bien, los niños se olvidaban de que había un hombre moviendo las marionetas, de que solo eran trozos de tela, por mucho que lo supieran de antemano. El carisma de los diseños, los diálogos ocurrentes y las mil formas sutiles pero geniales de mover las marionetas llegaron a crear un estilo apabullante que arrasaba con los niños. Sesame Street o Fraggel Rock no son más que algunas de las obras que han pasado con creces la prueba del tiempo. A esto se suma un detalle que nunca dejará de fascinarme: el amor por lo que hacía. Las marionetas son complejas de usar y caras, es un material de artesanía prácticamente. Nadie usa eso si no cree de verdad en ello. Os parecerá una tontería, pero esto denota respeto por tu espectador y, tratándose de niños, esto es lo menos común de lo que debería ser en la industria.

Henson brilló en especial en sus películas pues, aunque los putos productores no paraban de ponerle trabas y por su culpa nos quedamos sin un thriller de marionetas, son la prueba ideal de lo que os trato de expresar, de cómo hay que narrar con niños y contar cuentos. Y bueno, Dentro del Laberinto es una maravilla y hablar a los niños de abuso sexual es tenerlos muy gordos, pero yo voy a hablar de la verdadera obra maestra de Henson: Cristal Oscuro. Es tan solo el principio lo que te indica que estamos ante algo que nunca jamás se había hecho y prácticamente nunca jamás se ha repetido. La narración de cuento, los villanos horripilantes, la muerte, la poesía, el misticismo… Metros y metros de fondos completamente hechos a mano para recrear un mundo que se siente vivo con su propia historia, su propia mitología y cosmogonía. Una historia para niños donde ves, de manera explícita, cómo le sacan el alma a un pobre bicho-patata solo para rejuvenecer unos instantes. Joder, la última cosa de dibujos animados que recuerdo con esa mala hostia fue El viaje de Arlo y su secta de dinosaurios caníbales, y apenas llegaba a la mitad de lo explícito y cruel que era aquello. Y no solo maldad, también belleza a un nivel que es difícil de escribir, lo bonito oculto en formas raras, feas y retorcidas. La extrañeza que desata la imaginación al transportar a los niños a aquel mundo donde nada es siquiera parecido a lo que tenemos aquí en la tierra.

¿Sabéis por qué adoro a Henson? Porque cogió todo lo divertido y único que da hacerles historias a niños y lo hizo. Sin miedo, sin tonterías. No se limitó a coger una historia arquetípica y reducirla a su mínimo exponente, sino que jugó con las normas del medio y creó obras para todos los públicos, obras que trataban temas importantes y que, con belleza y crueldad a un tiempo, enseñaba a los niños. Los trataba con el respeto que solo el amor más profundo da. Y, joder, esto es crucial. Los niños de hoy son los adultos de mañana y con lo que se crían es de crucial importancia. Y a día de hoy tenemos series y películas que tienen ese nivel de respeto, o al menos uno parecido: Kubo y las dos cuerdas mágicas, Hora de Aventuras o Gravity Falls son algunos ejemplos que se me vienen a la cabeza, pero seguro que hay más. También es seguro que estarán enterradas entre kilos e basura y sin olvidar el fríecerebros que es dejar que a los niños los críen YouTube y TikTok. Y no me voy a poner a soltar tecnofobadas como el abuelo cebolleta que soy, pero sí que os digo que es de vital importancia que los niños se críen con historias. Las necesitan tanto como el aire. Necesitan imaginar, necesitan enfrentarse a cosas desagradables a las que normalmente no se enfrentarían, necesitan pensar y reflexionar y hacerlo todo divirtiéndose (que, al fin y al cabo, es el fin último de la ficción).

Y Henson, que trataba con reverencia a su público, lo sabía. Se trataba de un hombre que no se miraba con superioridad en los niños, como muchos otros hacen, sino que se veía como alguien que entendía sus particularidades, las distintas y excitantes maneras en las que un cerebro desentrenado (que no zoquete) piensa. Y es lo que deberíamos aprender de él, a tratar a nuestro público con respeto. Es esencial. Y aquí hablo de niños, pero podría aplicarse a cualquier tipo de público. Tratad con respecto a vuestros lectores, a vuestros espectadores, a vuestros jugadores.

Si criais imbéciles, tendréis imbéciles por todos lados, que no se os olvide.

E imbécil también es quien no imaginó en la edad en la que el mundo estaba aún por descubrir.

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Tremendo máquina. Hacía cosas para niños más bien por trabajo, de ahí que lo que hacía le gustara a todo el mundo, adultos incluidos.

No hay demasiados ejemplos de cosas hechas para niños que no sean simplemente estúpidas. De todo lo que yo he visto además de Henson sólo me viene a la mente por ejemplo “La banda del patio” o “Phineas y Ferb”.

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Hicieron un cuarto milenio hablando de cuentos para niños y el porque hay historias para niños que se vuelven cuentos de la cultura popular habiendo una cosa en comun en todos ellos; son todas historias de terror camufladas

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Hoy día se le haría la vida imposible a este señor desde las más altas instituciones en cualquier parte del mundo. Es lo que toca en esta época postmoderna y tolerante.

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Hoy en día es impensable un programa como Cajón Desastre y La bola de cristal. Bueno, hoy en día la intro la harían en reggaeton

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Vivimos uno de los momentos de mayor censura de la historia. Se pueden citar momentos muy concretos o circunscrito a un Estado por un período breve, pero sin meternos tanto en ejemplos extremos o muy atrás en el tiempo, cuando la concepcíón de las cosas era muy distinta, nunca la producción cultural o artística ha estado tan acotada moralmente. Nunca los creadores de cultura han tenido que ceñirse a ropas tan raras y tan estrechas.

Una era que ha quedado en la memoria de la humanidad como de gran represión debido al alcance de la censura fue la de la Inquisición Católica. Cuando se llegaba a quemar vivos a los considerados como herejes (Giordano Bruno). Pero aun así, en ese período uno podía leer libros aprobados por la inquisición católica donde la misma era machacada con críticas furibundas. Todos hemos oído aquello de “Con la iglesia hemos topado, Sancho”, y es que El Quijote es un libro que tiene el sello de la aprobación Inquisitorial y pasó la criba de los censores de la época, pese que para nada habla bien de la propia Iglesia: el personaje del cura es el representante de la iglesia y de la inquisición en una muy poco disimulada metáfora cuando éste, actuando como un castrador que pretende cortar toda las alas de libertad y felicidad de Alonso Quijano, pretende quemar todos los libros de su biblioteca, como bien hacía la Iglesia en aquella época, con su censura.

Censura que en comparación con lo de ahora, se queda corta. Y ojo que Disney está sufriendo un auténtico descalabro en todo su conglomerado de empresas debido a lo mismo que estamos tratando.

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por cierto, Henson fue un genio. Un tesoro para millones de niños. Y uno de sus creaciones que mas gracia me hacía era el oso éste (tengo un mastin que tiene el mismo careto):

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lo interesante de los niños es que pueden plantearse obviedades y hacerse preguntas que un adulto no hace porque ya está demasiado condicionado por su medio o alineado por los discurso hegemónicos del momento. De ahí que haya niños que a veces te dejan descolocados con sus preguntas o reflexiones.

edito: viví una juventud tragando un montón de animes japoneses gracias a la TV3 de la época. Eran series infantiles que mostraban la realidad del mundo adaptado para estimular la fantasía de un niño. Había violencia, erotismo, a veces bordeando la sexualidad. Mostraban la maldad y la bondad en sus extremos, pero siempre todo tenía un simbolismo mucho mas ético que moral, y de una calidad muy superior a lo actual, considero. Como bien dice el artículo de arriba, las series de antes no eran una bobada como si los niños fueran tontos. Era una realidad humana y global adaptada a la estética y manera de disfrutar de los niños.

La violencia era una violencia heroica del bien contra el mal. El erotismo superficial era algo que encajaba en la natural curiosidad de los niños por la sexualidad (como cuando muestran a Goku quitando las bragas a Bulma y éste queda traumatizado porque no tiene “cola”. El pobre Goku descubrió los coños). No como ahora que… mejor no sigo

Los héroes eran valientes, se sacrificaban y no dudaban en luchar, pero siempre porque tenían que ayudar a los demás. La amistad era un valor sagrado y al final siempre se luchaba para defender el interés común. Me dio mucha lástima cuando saltó la polémica y en Valencia se anunció que Dragon Ball pasaba a ser censurado y que nunca mas se volvería a emitir. Y así ha sido en todo el país. Tremendo. Esa serie era un verdadero icono cultural

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Hasta los DVDs de los Muppets son PG13 ahora. Si Henson levantara la cabeza, fliparía en colores.

Pero bueno, como ahora todo es censurable por cualquiera pues hasta le ponen pegas a Fraggle Rock…

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Increíble. Luego ponían Padre de familia al mediodía, para que lo vieran los chavales a la hora de comer y así aprenden el humor pornográfico de una serie que en su país de origen se emitía de madrugada

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Esa es otra… Pero bueno, si lo peor no es la censura de los canales, si no la de la gente, que está un poco gilipollas… Luego al final los canales acababan cediendo, claro.

Hoy en día se quejan en twitter porque en una serie o lo que sea dicen algo que les parezca machista u ofensivo de cualquier manera y los que pagan acaban censurando o incluso cancelando series, o echando a actores a la calle o lo que sea…

Vale que todo el mundo es un potencial consumidor, pero creo yo que la antigua costumbre de no hacer ni puñetero caso a las masas era mucho mejor :rofl::rofl:

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Maravilloso post! muchas gracias por compartirlo!

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Lucky Luke dejo de fumar tabaco de liar por el bien de los niños que lo leían, eso es para quitarse el sombrero.
Sin embargo a Mortadelo y Filemón les sigue gustando fumar,beber e ir tras mujeres bonitas…
La sociedad evoluciona poco a poco pero tampoco hay que ir por ahí diciendo “esto es el acabose” como hacían los abuelos amargados…
A fin de cuentas el futuro es de los jóvenes, ya sabrán ellos como quieren que sea ese futuro.
Lo único malo que veo es que la industria del entretenimiento es cada vez más capitalista que cultural y eso hace que la sociedad pierda.
Pero aún hay esperanza,sigue habiendo buen cine , buenos comics, buenos juegos … Siempre y cuando nuestro ojo crítico busque el arte dentro del entretenimiento lo puede encontrar, lo malo de verdad es que muchas veces vamos a ver la última de Santiago Segura en vez de esa peli que tiene “mensaje”, alguien le compra un GTA a su sobrino en vez de un Gris (por ejemplo), y la gente ve Telecinco en vez de la Dos…
Bueno eso y que aquí,a la mínima que unos titiriteros se salen de una Caperucita roja atizandole con el bastón al lobo y hacen algo diferente,les meten en la cárcel…

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me hace gracia cuando siempre se quiere citar al arte como alternativa a toda la producción cultural de consumo, y cuando vas al teatro te encuentras unas bizarradas alternatas infumables (y al ver al actor desnudo piensas “vístete porfavor que das vergüenza ajena”), o entras en un museo y ves que tu hija de 5 años tiene mas talento que esa exposición de tontadas (abstractas. Si no sabes pintar es tu recurso).

En mi opinión, el arte refleja la condición espiritual de una civilización, así que uno puede sacar conclusiones haciendo visitas al museo o a los teatros.

Normal que la gente se conforme con ver una de Torrente

Buen testamento, pero me ha encantado.

Claro, pero luego esos jóvenes pasan a ser viejos y se repite el ciclo :sweat_smile: El futuro es de ellos pero sólo un ratito.

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El futuro es de quien tiene el poder y define las políticas y campañas de influencia

Po fueno, po fale , po m’alegro… :rofl: :rofl: :rofl:

¡¡¡Esto es el acabose!!!

:rofl:

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Por cierto ¿WTF? No sabía que alguien estaba dibujando Makinavaja ahora… Por un segundo he flipado, porque dibuja IGUALITO que Ivà :astonished::astonished:

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Bueno, entre que lo hace otra persona (obviamente, Ivà murió en el 93) y que ahora no se puede hacer un chiste de nada sin que te censuren al instante, como que no me da mucha curiosidad de ver qué tal son estos Makinavajas nuevos, la verdá…

Pues no tenía ni idea de que alguien seguía adelante con las historietas del Maki.
Lo que si es que este hilo me recordó a una paginilla del Álvarez Rabo.

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Para dedicar tu tiempo a idolatrar a Beuys, Jarret y Wilder yo creo que mejor ver Torrente y la saga Porky’s. Desarrollas mas la inteligencia