Yo pienso que con tanto avance tecnológico nuestra seguridad e integridad ha dejado de ser precisamente de todo menos segura.
Tenemos drones que nos están vigilando, tenemos nuestras matrículas de las cuales se sabe prácticamente toda nuestra información, tenemos los fallos garrafales de los procesadores de Intel ¿Tantos últimamente? Me da y mucho que pensar.
Si a esto ahora añadimos las gilipolleces modernas de escuchar musiquita por medio de un altavoz cuya calidad es irrisoria (¿Dónde quedaron los buenos equipos de música donde la que se escuchaba se hacía con una calidad sublime a pesar de tener un equipo decente?)
Y para colmo somos hasta incluso no oídos sino observados por cualquiera de las múltiples aplicaciones que se instalan para más tonterias todavía, pues ya se sabe, la confidencialidad es nula, pero nula total.
Ahí tenéis también las oficinas de desempleo las cuales no precisan de papeleo. Con enseñar el DNI ya saben toda nuestra vida laboral y la que no lo es.
Los navegadores de los vehículos, los telefonitos móviles que ya por simple vaguería en muchas ocasiones nos abren los coches, etc, etc, etc.
Confiar en estos tiempos y veréis qué es lo que puede suceder.
Será tradicional o antiguo, pero abrir el coche con la llave, a ser posible apagadas todas las funciones de ubicación tanto del terminal móvil como del Pc, y dejarnos de poner tantas fotos de uno mismo con la familia en las distintas redes sociales, puede separar a uno de quizá tanta vigilancia.
Nosotros hemos vivido sin todo esto y a pesar de no haber sido tan cómodo nos relacionábamos y quedábamos con los amigos, nos íbamos de viaje, se conversaba…
Ahora, vas a un colegio, parque, restaurante, playa, piscina…, y todos están con el cuello hacia abajo disfrutando ¿De qué, de la playa, de la piscina, del entorno social?
Vamos, menuda hipocresía que se tiene con la ley de protección de datos con todo lo electrónico que existe actualmente.
Es de risa.