Las Game & Watch son una excepción. Estuvieron a la venta hasta principios de los 90, y hasta que llegaron Game Boy y Game Gear eran bastante populares. Su concepto de juego estaba muy bien pensado para ser divertidas, y además ofrecían algo diferente. Son máquinas portátiles, cada una con un juego, y son una curiosidad en sí mismas. Son más el item por sí mismo que el sistema en cuestión, porque realmente no hay un sistema, sino muchos sistemas diferentes que ya se vendían con la idea de que te picara coleccionarlos incluso en su día. Y son mucho menos exigentes con el jugador: no necesitas televisión, ni pensar en si su fuente aguantará la tensión europea. Le pones un par de pilas y listo. Además, tener el logo de Nintendo en este mundillo ya hace que cualquier cosa sea más coleccionable. Piensa que el factor nostalgia es importante, y cualquier niño de los 80 jugó alguna vez a una Game & Watch. Yo recuerdo pedirle a mi madre que me comprara una, porque mi hermano tenía una y no siempre me la dejaba (spoiler: no me la compró). Desde que salió “la Nintendo” nadie quería una VCS, incluso antes, pero las Game & Watch siguieron años circulando. Más tiempo circulando, son divertidas, son objetos con atractivo de por sí y además tienen el logo de Nintendo… pues por eso. Mientras Nintendo siga siendo una marca de actualidad, sus productos antiguos estarán más cotizados. A lo mejor un chaval de 20 años no vivió las Game & Watch, pero si le gusta Nintendo (por el último Mario Kart) puede querer coleccionar cosas de la marca, sólo por la marca.
Otra cosa sería que Nintendo “se hiciera un Sega” y se convirtiera en una editora más. Sus productos antiguos irían perdiendo el aura mítica que tienen ahora.