Este mes he adquirido dos de los juegos más raros de esta consola y estoy que no quepo en mí de gozo.
He hablado de esta entrada de Fire Emblem varias veces en este foro, es mi entrega favorita de la saga, uno de mis favoritos de Gamecube y tiene un argumento que a día de hoy aún me parece alucinante. Su rareza y alta cotización se explican porque vendió un número ridículo de unidades, por aquel entonces era una franquicia muy ignorada, su calidad es incontestable. Es el juego más caro de mi colección y no creo que ninguno de los que me quedan por conseguir le supere en precio. Para mi el mejor Fire Emblem sin paliativos.
Otro auténtico juegazo, para mi el mejor desarrollo de SEGA en los 128 bits con el permiso de Jet Set Radio Future. A día de hoy no he visto ningún juego de carreras que gestione de manera tan excelente la velocidad como este, y gracias a ello se puede permitir alcanzar una dificultad de absoluta locura sin que parezca tramposo. A día de hoy, la última entrega de la saga F-Zero y la mejor.
Uno de mis objetivos en esta colección era hacerme con todos los Tony Hawk, y con este ya solo me faltaría Underground 2. Conseguir estos juegos en Gamecube es mucho más difícil que en PS2, pero el esfuerzo merece la pena: jugarlos con el mando de gamecube y a una mayor tasa de frames los hacen mucho más atractivos para mí.
Mario Smash Football es la primera de las dos entregas de fútbol del fontanero, y la mejor, ya que la de Wii introdujo mecánicas de wiimote que hacían el juego un poco tosco. Un vicio de juego muy poco reconocido, siendo junto a Mario Golf los mejores Mario deportivos del sistema.
En cuanto a 1080 Avalanche, otra saga olvidada de Nintendo que tuvo aquí su segunda y última entrega. Un videojuego de snowboard extraordinario con un sistema de control que se acerca más a la simulación que otros como SSX, con una jugabilidad mucho más depurada que la entrega de N64 y una gran cantidad de contenido. Las fases en las que nos deslizamos montaña abajo mientras cae una avalancha son una puta burrada técnica y jugable.
También adquirí un Wavebird original con su receptor, que venía cubierto de mierda.
Con alcohol, bastoncillos y mucha paciencia empleé una hora y media en abrir el mando y limpiarlo. Por suerte tenía dos joystick de reemplazo, ya que los que venían no solo estaban sucios sino también se habían amarilleado.
Este es el resultado:
Por último, he incorporado las versiones españolas de Metroid Echoes y Eternal Darkness.
