Hasta donde llegaba el vicio extremo y más

Bueno chicos.

Esto de comprar la consola que aparecía en su momento y que acompañada al menos de unos pocos juegos como complemento de las de sobremesa pues, requería de ciertas prestaciones que no encontraba por parte de los fabricantes, je.

En mi caso al comprar la Atari Lynx y llevármela bastantes sábados a casa de un amigo a lo que posteriormente se unió la siguiente portátil adquirida como fue Game Gear requirió de cierta treta para no llevar tanto peso y disponer de mayor comodidad de transporte al dejar las engorrosas cajas en casa por el espacio que ocupaban en bolsas.

Ni corto ni perezoso tras información del técnico de una tienda que dió mucho de qué hablar como fue Start Games en Alicante para evitar llevar un segundo transformador soldó ni más ni menos que otro tramo de cable desde el jack de conexión del de Atari.

Dicho transformador ofrecía (y sigue ofreciendo) el poder conectar ambas consolas durante horas y horas.

El cable, ya de por sí bastante largo el de Atari, prolongó la misma longitud el de Sega para poder jugar sin molestarse uno con otro.

En vista de los buenos resultados obtenidos, como digo sigue funcionando en la actualidad, se hizo lo mismo con el transformador a 12 voltios para ese Volvo del sentir que tuve.

Una de las fotos en la que aunque no se ve el cableado sí aparece una persona jugando delante y otra detrás a ambas consolas a la vez, así mismo durante los largos viajes que emprendimos para acampar.

Si ampliais la foto se aprecia a malas penas el cable que parte de la Game Gear, rojo y negro.

Como anécdota en esta ocasión para Playstation llamé a la casa, ubicada en Madrid por aquel entonces para preguntar cómo podría conectar la primera Playstation, la única que por aquel entonces existía, a un coche y no supieron responderme.

Tras un tiempo pues por medio de un transformador de 12/220 voltios, teniendo que averiguar por mi parte el cómo poder hacer funcionar.

Y el vicio sigue y sigue.

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