Pues empiezo yo con mi review de Wario Land 3 de Gameboy color.
Como muchos sabréis, la serie Wario Land se bifurcó de Super Mario Land, cuya tercera entrega se llamó Wario Land: Super Mario Land 3, y a partir de ahí el subtítulo Super Mario Land fue eliminado en las siguientes entregas, puesto que el protagonista era exclusivamente Wario. Este huraño personaje había salido en varios juegos anteriormente, en particular era el antihéroe en Super Mario Land 2: Six Golden Coins.
Echemos un vistazo a las cajas y cartuchos.
Portada PAL, curiosamente es igual que la americana pero en modo espejo
Cartucho PAL, con el mismo artwork un poco ampliado
Instrucciones JAP, con el mismo artwork que la portada, pero no encontré la portada a buena resolución
Cartucho JAP
Wario Land 3 reutiliza muchas cosas de lo que había inventado la anterior entrega, Wario Land II. Los sprites, habilidades y elementos del escenario son los mismos, pero también hay muchas novedades como enemigos nuevos, transformaciones de Wario adicionales y por supuesto, el sistema de niveles, principal atractivo de esta entrega.
Se nos presenta un mapeado al más puro estilo Super Mario Bros 3, solo que con una gran peculiaridad: cada nivel tiene cuatro items que conseguir, algo así como cuatro subniveles dentro del mismo escenario. Cada item está dentro de un cofre, el cual se abre con una llave escondida en algún lugar del nivel. Ahora bien, para llegar a cada cofre necesitaremos una serie de habilidades que están bloqueadas al principio.
El catálogo de habilidades de Wario Land 2 y 3 es increíblemente completo para un plataformas de Gameboy. Al contrario que en los Super Mario Land, Wario puede golpear con el hombro, coger enemigos y utilizarlos para romper bloques, nadar en el agua y muchas cosas más que progresivamente iremos descubriendo. Ah, y por cierto, ¡no hay vida! Wario es inmortal, así que no hay miedo a perder el progreso nunca, lo que lo convierte en un juego muy confortable de jugar, si bien no fácil, ya que requiere mucha habilidad para llegar al final de los niveles.
Otro gran atractivo que hace este juego realmente divertido es la posibilidad de “alterar” a Wario a través de los ataques de los enemigos. Desde hacerse obeso hasta convertirse en una llama, una bola de nieve, un murciélago… todas estas transformaciones duran solo unos segundos y son vitales para completar los diferentes niveles, atribuyendo una variedad jugable impresionante.
Cada nivel tiene además 8 monedas coleccionables y modifica sus elementos conforme avanza el juego, al más puro estilo Metroidvania. ¿Comorl? Wario y metroidvania, sí, una mezcla rara pero que funciona. ¡Además, hay ciclo de día y noche! Los enemigos cambian y algunas puertas se abren por la noche…
Podremos derrotar al malo final con nada menos que 65 cofres, una cantidad bastante elevada (alrededor de 15 o 20 horas de duración), pero es que hay un total de 100 cofres, lo que alarga la vida de este plataformas como ningún otro en la portátil de Nintendo. Si hay que ponerle una pega, hay que reconocer que algunas fases están diseñadas con algo de pereza, consistiendo en pasar por una zona llena de enemigos cuya única finalidad es “tirarnos hacia atrás” y que tengamos que repetir desde el principio.
Al igual que en la segunda entrega, hay jefes en todos los mundos, unas fases muy originales que nos hacen pensar en cómo derrotar al enemigo con las habilidades disponibles. Estas llegan a ser bastante difíciles, exigiendo dominar a Wario con mucha precisión.
Wario Land 3 es sin duda uno de los plataformas más disfrutables del sistema, aunque a mi juicio, menos redondo que su anterior entrega (que también es mucho más corta). Es un juego divertido, original, con ideas locas y que nos hace pensar en muchas ocasiones para avanzar por los niveles.