Que eso ya lo sé, ya he dicho que no me convence. Cuando te venden un disco, dicen que tiene 2T, pero no te dicen “ojo, que luego cuando lo pongas va a tener sólo 1’8, esto de decir que tiene 2T es porque se cuentan los Kilobites de 1024 en 1024 y por tanto es distinto y bla, bla, bla…”
Si saliera una ley que dijera que es ilegal anunciar eso así pues no lo harían, ya verías como dicen la verdad. Pero como no pasa nada, pues a jugar con la ambigüedad. Pero vamos, como todo, ya sean galletas o efectos del champú cuestionables o lo que sea.
El otro día intentaron venderme homeopatía en la propia farmacia. Yo le estaba comentando el poco efecto que me hacía un medicamento y empezó “pues podrías probar este a ver qué tal y bla, bla…”
Uno homeopático que no sólo es agua con un 0,000001% de lo que sea, que vale el triple que un medicamento normal, sino que además está sin testar. No me refiero a su eficacia, que es nula, sino a unos test de salud mínimos que confirmen que al menos no te van a vender algo contaminado o sin posibles efectos negativos.
Pero oye, mientras sea legal vender esa mierda, por qué no iban a hacerlo ¿no? Al fin y al cabo sale casi gratis fabricarlo en cuanto a ingredientes se refiere, y luego el beneficio es mucho más grande que con un medicamento de verdad. Vender agua a precio de oro cómo no va a dar beneficios…
Tuve que advertirle dos veces que no siguiera por ahí, que como siguiera insistiendo la íbamos a tener, pero oye, como que le costaba entenderme… Seguía intentándolo la tipa, ya tuve que cabrearme un poco y menos mal que al final captó la indirecta porque si no se la hubiera liado pero bien y ahí tengo que volver.
En fin, cuando se trata de publicidad, es una batalla perdida, el ser humano es muy de mentir y aparentar, y en estos casos es que es casi imposible no hacerlo. Cuando se trata de vender, se vende como sea.