Hola chicos.
Pues yo en el momento de la fiebre de los diskettes a grabar por medio de la famosa disquetera de Super Nintendo que compré costándome unas 60.000 pesetas, al no funcionar con los juegos de 16 megas si no recuerdo mal le dije a un amigo de venderla.
No tendría un mes de uso, vamos, creo que ni llegó a una semana, resultando en una completa frustración tras haber encima dibujado en cada etiqueta la carátula correspondiente al juego grabado, por no usar el cartucho y así preservarlo el mayor tiempo posible. Para colmo al que se la compré no me ofrecía ni cambio ni devolución, de ahí el encargarle a tal amigo que hiciera lo posible por quitármela de encima.
Lo que no me esperaba ni por asomo el que la vendiera al mismo precio que me costó, por lo que salté de la alegría al ver avanzado el momento de compra de la majestuosa Neo-Geo AES ya que semanas antes entregué 20.000 pesetas sobre las 80.000 que costaba en su siguiente descenso de precio, puesto que a 100.000 pesetas me dije que al menos disfrutaría de otras consolas más económicas.
Me entregó el dinero el sábado por la mañana, así que, sin esperar un solo momento, encima invitándome a su casa a comer, en la misma tarde del sábado que vendió la disquetera nos fuimos a comprar ese maravilloso Rolls consolero acompañado del Art of Fighting.
Para colmo de los colmos, mi hermano sin ser amante de los videojuegos pues, en vista del boom que sufrimos todo el mundo con Street Fighter II para Super Nintendo echando unas partidas con sus amigos, increíble, me regaló a la siguiente semana el segundo joystick de la consola para poder echar unas partidas a ese Art of Fighting.
Por si fuera poco, debido a ese avance a los dos siguientes sábados de entrada de tan imponente consola en casa aparecieron las ansias de querer tener esos juegos vistos en los recreativos en las modernas y últimas pantallas que aparecían como novedad en 33", por lo que teniendo mi querida Siemens FS958 de 32" tendría que disfrutarlos en mi propia casa, llegando a comentarle a Jorge de Mail Soft que en vista de los juegos comprados de las 16 bits, que alternaba con los de Canadian, se pensara en si me dejaba llevarme el Samurai Shodown por 33.000 pestas y el Fatal Fury special por 47.900.
El mediodía de ese sábado entré en expectación como jamás he llegado a estar en mi vida, por lo que mis recuerdos son como si hubiera sido tan solo de hace unos minutos:
Dejo el Volvo 340 GL, el que tantos viajes me proporcionó para comprar juegos y consolas, en doble fila enfrente de la puerta de la tienda. Dos carriles de bajada más el del estacionamiento, por lo que no molestaba al menos el paso del segundo carril.
Bajé del coche, cerré y entré a la tienda con este chaval, esperando la respuesta deseada.
Fue afirmativa, por lo tanto, inmensa alegría de nuevo y a casa que me llevé ambos juegos, quedando con los amigos al siguiente sábado por la tarde hasta altas horas de la madrugada para disfrutar de los tres juegos del Rolls consolero.
Menudos momentazos vividos.